El arte de no hacer nada:
Elogio del ocio inútil y la pereza pensante
Por Banana No (o por alguien que ya está harto del culto al hustle)
“No tengo tiempo, tengo que ser productivo.”
— La frase más triste del capitalismo moderno.
Vivimos atrapados en una obsesión colectiva: llenar cada segundo con algo “útil”. Si no estás en un curso de Excel, corriendo maratones a las 5 a.m., o armando un emprendimiento en Shopify mientras haces yoga, entonces ¿qué estás haciendo con tu vida?
La respuesta ideal sería: nada. Estoy haciendo absolutamente nada. Y me enorgullece.
Pero claro, eso sería escandaloso. Porque hemos sido entrenados para sentir culpa ante el ocio. Para creer que descansar es sinónimo de flojera. Que no tener agenda es signo de derrota. Que si no monetizas tu tiempo, lo estás desperdiciando.
¿Y si el sistema estuviera equivocado?
Ocio como resistencia
Mira el techo. Literal.
Quédate mirando esa grieta como si fuera una obra de arte conceptual. Si alguien te pregunta qué haces, contesta: “Estoy practicando la contemplación radical.”
Porque sí, quedarse quieto es hoy un acto de rebeldía.
El sistema no sabe qué hacer contigo si no estás produciendo, consumiendo, compitiendo o posteando. La quietud es subversiva. El silencio es ruidoso. Y el ocio es una forma de decirle al mundo: “no corro para complacer tus métricas.”
La pereza pensante
No se trata de holgazanear sin alma.
Se trata de un ocio lleno de pensamiento, de escucha, de lentitud fértil.
Una pereza creativa, filosófica, poética. Como la de los antiguos griegos, que no le temían al tiempo libre porque sabían que ahí germinaban las ideas más profundas.
Kierkegaard, Schopenhauer, Cioran... ninguno de ellos habría sobrevivido en LinkedIn.
Y sin embargo, son ellos quienes nos enseñan a pensar en serio.
Contra el culto al rendimiento
Nos quieren como máquinas que rinden. Pero el alma no rinde cuentas.
La vida no es una hoja de cálculo. Y tú no eres un proyecto.
Lo más humano es sentarse sin motivo. Respirar sin ansiedad. Caminar sin rumbo. Decir “hoy no hago nada” y no tener que justificarlo con productividad disfrazada.
El manifiesto del no-hacer
Hoy te invito a hacer huelga de hacer.
Desconéctate. No abras el correo. Ignora los reels motivacionales.
No necesitas ser la mejor versión de ti mismo. Ya eres suficiente… incluso sin agenda.
El capitalismo teme al que descansa, porque el que descansa se escucha.
Y el que se escucha, despierta.
🟡 Lee más artículos como este en www.bananano.com
Y si hoy no quieres hacer nada más, ya hiciste bastante leyendo hasta aquí.
0 Comentarios