Sabines o el relámpago que no pide permiso
Una reseña de “Los amorosos: cartas a Chepita”
Jaime Sabines no escribe. Jaime Sabines sangra con la pluma, se desviste en público y logra que uno lo mire sin pudor, más bien con cariño. En Los amorosos: cartas a Chepita, el poeta chiapaneco se deja leer como lo que siempre fue: un hombre tembloroso, enamorado, errante, pero también ferozmente lúcido.
Este libro es más que una recopilación de cartas: es un testimonio de cómo se construye un amor con palabras y silencios, con urgencias de piel y reflexiones de alma. Chepita no solo fue su esposa; fue su testigo, su hogar, su espectadora primera. Y Sabines la convierte en algo más que musa: la hace parte del arte.
🌹 ¿Y qué hay de “Los amorosos”?
El poema que da título al libro, y que forma parte de su obra más icónica, es un manifiesto de lo que significa amar desde la carencia, desde la necesidad feroz de otro ser que nunca se posee del todo. “Los amorosos callan”, dice, y en ese silencio se escribe el grito más profundo del deseo humano.
“Los amorosos buscan.
Los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.”
¿Quién no ha sido uno de ellos alguna noche? ¿Quién no ha sentido que el amor no es el lugar del descanso, sino la trinchera del alma? Sabines lo entendía. Y lo escribió sin metáforas barrocas ni poses impostadas. Con su lenguaje directo, casi callejero, logró poesía pura.
✉️ Las cartas, el hombre
Las cartas a Chepita son el Sabines sin censura. Aparece ahí el poeta que se muere de ganas de verla, el que le escribe desde el insomnio, el que le pide que no se olvide de él, que lo piense, que lo salve. Un Sabines que se confiesa como un joven ansioso, con hambre de vida y de cuerpo, pero también con miedo de no estar a la altura de lo que ella representa.
Cada carta es como un poema sin ritmo, pero con latido. Uno lee y siente que espía algo que no debería, pero que agradece haber encontrado.
🖋️ Un estilo inimitable
Sabines tiene una manera de decir las cosas que lo vuelve único: mezcla lo mundano con lo sublime, el deseo con la ternura, la muerte con la risa. No busca epatar, sino tocar. No se esfuerza en ser poeta, simplemente lo es, como quien respira o se equivoca. Y esa naturalidad es su don más poderoso.
💭 Reflexión final
Los amorosos: cartas a Chepita no es solo un libro para fans de la poesía. Es un manual de humanidad. Un recordatorio de que el amor se escribe todos los días, incluso con faltas de ortografía, con inseguridades, con dudas. Que amar también es escribir con miedo.
Sabines nos enseñó que el poema no siempre rima, pero si vibra, ya hizo su trabajo.
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