Hello Seahorse! o la Melancolía de un Grito Electro-Lírico



En una escena musical saturada de fórmulas y playlists que se olvidan antes del segundo café, Hello Seahorse! sigue siendo esa banda que no solo escuchas: la respiras, la sientes, la recuerdas sin saber por qué. Nacida en el corazón frenético de Ciudad de México, esta agrupación supo convertir la rareza en belleza y la vulnerabilidad en poder sonoro.

Y no, no hacen pop convencional. Tampoco rock indie al uso. Lo de ellos es más como si The XX se encontrara con un teclado en ácido y se pusieran a ver películas de Michel Gondry mientras Zoé hace coros en otra dimensión.


Una voz, mil suspiros

La voz de Lo Blondo (Denisse Gutiérrez para los terrícolas) no se limita a cantar: flota. Se arrastra, se lanza, se retuerce en susurros, gritos y ecos de una infancia rota por la conciencia de que el amor duele... y el desamor también. Es una voz que no tiene miedo a quebrarse, porque sabe que en la grieta habita el alma.

Su forma de pronunciar ciertas palabras —casi como si dolieran— hace que temas como Bestia, La flotadera o No Es Que No Te Quiera se conviertan en microdramas sonoros. Canciones que no se bailan, se sobreviven.


Música que llueve por dentro

El grupo no teme experimentar. Sintetizadores retro, bases electrónicas, guitarras con delay emocional y letras que parecen escritas por un diario adolescente poseído por Sartre. En cada disco hay una evolución, pero nunca pierden su raíz: el asombro ante la contradicción humana.

Han pasado por etapas más oscuras (Bestia es prácticamente un poema distópico), por momentos más danzables (Arunima es como flotar en una tarde de domingo sin obligaciones), y por fases donde parece que se están despidiendo del mundo... con elegancia.


Hello Seahorse! es resistencia emocional

No es solo una banda; es una declaración. En un mundo donde todo debe ser inmediato y rentable, ellos se permiten sonar demasiado lentos, demasiado introspectivos, demasiado sinceros. Y por eso, su música permanece.

Escucharlos es un acto de ternura radical. Como mirar al mar sin miedo a ahogarse.


Conclusión: no los olvides, aunque ellos ya te estén cantando desde el olvido

Hello Seahorse! no es una moda. Es una cicatriz sonora.
Una especie de grito que en lugar de romperte los tímpanos, te reacomoda el alma.
Si no los conoces, date el permiso de sentir algo diferente.
Si ya los amas, sabes que cada canción es una manera de decir: “sí, yo también he llorado por cosas que no entiendo”.

Publicar un comentario

0 Comentarios