El 10 de julio de 1964, los Fab Four regresaron a Liverpool tras una exitosa gira internacional, y fueron recibidos por una multitud histérica (en el buen sentido). Desde entonces, esa fecha ha sido adoptada por muchos beatlemaníacos como un día simbólico para homenajear su legado. Y no es para menos: su influencia se escucha desde las bandas de garage hasta los algoritmos de Spotify, pasando por la moda, el cine y la política de los sueños.
Lo más fascinante de los Beatles es que evolucionaron a la par que el siglo XX: del rock n’ roll simple al psicodélico, del pop melódico al experimental. Grabaron discos como si fueran tratados de alquimia sonora, con letras que pasan del amor juvenil a las reflexiones existenciales. Y lo hicieron todo en apenas una década. Diez años bastaron para convertirse en eternos.
Así que este 10 de julio, si ves a alguien con flequillo raro o tarareando Let it be, no lo juzgues: quizá solo está celebrando. Pon un vinilo, sube el volumen, y deja que los Beatles te recuerden que el amor, al final, is all you need.
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